
Y esta entrevista con ALnavío ocurre luego de la reunión con el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy. En ambas citas estuvieron presentes, además de Vecchio, el expresidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma. Los tres encabezan, desde el exilio, tres corrientes, tres organizaciones, de la oposición venezolana, pero la fotografía que los muestra juntos en París y Madrid, en los palacios del Elíseo y La Moncloa, envía un mensaje rotundo de unidad hacia todos aquellos que enfrentan la dictadura de Maduro. La imagen guarda semejanza con otra de hace 60 años en la que aparecen los tres líderes que encabezaban –con ópticas a veces distantes- la resistencia contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, los históricos Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba. Los dos primeros alcanzaron la Presidencia de la República. “De frente y en todos los frentes”, apunta Vecchio como consigna y mensaje político, en el sentido de que es posible y necesario avanzar sobre las diferencias, tanto así, que los puentes se han extendido hacia lo que hoy se denomina el chavismo disidente. Así, admite que se conversó con el exministro y general Miguel Rodríguez Torres –hoy preso en Venezuela- y con Luisa Ortega Díaz, la fiscal general destituida por la espuria Asamblea Nacional Constituyente. “Con todo el que quiera un cambio en Venezuela estamos dispuestos a hablar”, señala Vecchio. Inclusive con Cuba, con China, con Rusia, países aliados y sostenes del régimen de Maduro. “Con ellos, no hay conversaciones, no en estos momentos. No por parte de nosotros. Pero hay países que sí lo hacen, que sí hablan”. Esta semana, Vecchio, Borges y Ledezma llegarán a Lima, donde se celebrará la Cumbre de las Américas. La delegación opositora será más numerosa, con la incorporación de dirigentes de otros partidos como Acción Democrática y UNT. La oposición está obligada a enviar ese mensaje contundente de unidad a dos meses de las elecciones convocadas por Maduro y que la comunidad internacional condena por falta de garantías, por fraudulentas, porque son un traje a la medida para el dictador.
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