Por Juan Carlos pata (KonZ).- Hay aspectos oscuros en la Operación Gedeón y pasará mucho tiempo sin que sean aclarados. Hay otros que suenan como un engranaje desajustado. Hay un aspecto que parece ser más que cierto. La operación estaba penetrada. La inteligencia de Maduro funciona. El espionaje está activo en Colombia, en Miami, en Madrid.
Son Diosdado Cabello y Nicolás Maduro los que no tienen empacho en dar señales de cómo tienen infiltrada a la oposición. El más reciente ejemplo es la Operación Gedeón. Cabello se ufana en su programa. Hasta ofrece detalles sobre la falta de logística de la que carecían quienes estaban metidos hasta el cuello. Maduro hace anuncios que llegan a sorprender a los organismos policiales de Colombia. Cabello dice que en buena parte se adelantan a los acontecimientos porque hay dirigentes opositores a quienes les gusta presumir de informados y sueltan la lengua.
La sueltan en reuniones, la sueltan por teléfono. Y no aprenden. No se terminan de convencer del trabajo y el seguimiento que les hacen la inteligencia cubana, por un lado, y la propia inteligencia del Sebin y la DGCIM. Ese aparato de inteligencia no descansa. Se combinan, se apoyan y también compiten entre sí. En KonZapata lo hemos advertido más de una vez. El aparato espía empresarios, espía banqueros, espía políticos, y no solo a los opositores sino también a los mismos chavistas. Porque el aparato:
Trabaja a tiempo completo
Recluta gente abajo, en el pueblo
Recluta informantes arriba, en los sectores políticos y de negocios
Sostiene redes en el mundo militar
Mantiene redes internacionales
Usa testaferros, boliburgueses, financistas
Usa al amigo, al familiar.
Usa dirigentes políticos aliados en el extranjero.
Se infiltran en las comunidades de exilio.
El aparato de espionaje cuenta con gente y con tecnología. Y este aspecto es clave. Se le escucha decir a dirigentes y a empresarios que están conscientes del problema y que toman precauciones. ¿Y cuáles? Si está demostrado que cuando una persona es foco de atención, los cortafuego resultan inútiles las más de las veces. Ese dirigente, ese empresario, tendría que disponer de sistemas tan sofisticados como los que posee el enemigo, y no es así. El aparato de espionaje castrista-chavista trabaja las 24 horas del día. Un banquero usa la cocina del banco para conversaciones privadas. ¿Y quién le garantiza que ese lugar ya no esté localizado en el radar del espía?
El aparato cuenta con redes internacionales. Y donde el aparato ha puesto especial atención es en Bogotá, Miami y Madrid. En Miami la red cubana es histórica. En Madrid comenzaron a estructurarla desde 2016. En Bogotá y otras ciudades de Colombia viene de poco más atrás.
En Colombia, el asunto no es tan complicado. Unos cuantos dólares y hay funcionarios del DAS y de inteligencia militar dispuestos a colaborar. Esto lo saben en la misma oposición, pues han sido advertidos del hecho. Y, además, el propio gobierno de Colombia les ha hecho saber del activismo del espionaje castrista-chavista en Bogotá y otras ciudades.
La Operación Gedeón es uno de los casos en los que se ha demostrado la actividad del espionaje. Pero los antecedentes ya son numerosos. Y, sin embargo, se siguen cometiendo los mismos errores. Hay que estar consciente de que el aparato trabaja para el sostenimiento de un poder. El aparato de Juan Vicente Gómez era eficiente. Los espías en Cúcuta, en Bogotá, en Trinidad y Tobago, en Nueva York, en París, no descansaban. El telégrafo era el instrumento de transmisión. Gómez gobernó 27 años, de 1909 a 1935. Murió en el poder. Y el gomecismo -postgomecismo- tuvo vigencia por una década más en el poder.
¿Y hoy? El hoy es como el ayer para el caso cubano, cuyo más renombrado personaje en el campo del espionaje, Ramiro Valdés, se ufana de no haber perdido una sola batalla en este campo con los Estados Unidos. Ramiro Valdés ha dicho que la red cubana logró “desarrollar la técnica operativa del enfrentamiento ofensivo y defensivo para poder golpear e impedir las acciones internas y proteger nuestro trabajo en el exterior, porque los agentes nuestros en el exterior tenían que enfrentarse a los sistemas de descubrimiento”. A este espionaje se enfrenta la oposición. ¿Por qué no tomarse más en serio el problema?
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