Juan Carlos Zapata (ALnavío).- Un amigo le dedicó un libro a Ignacio Salvatierra y en la página se lee: “Al sorprendente…”. Salvatierra disfrutó la ocurrencia sin ser el hombre araña. Salvatierra era banquero en Venezuela y hoy es músico en el mundo.
“Que tenga referencia, mi bisabuelo, Esteban Palacios, era un gran pianista. Tocaba por oído. Mi madre, Josefina Palacios, también tocaba piano. Hay una anécdota de mi bisabuelo. Un compositor de Caracas se enamoró de una muchacha y le compuso una canción. Una tarde fue a la casa de la joven a tocársela. Y está tocando la canción cuando pasa mi bisabuelo y la oye, y al llegar este a su casa se sienta al piano con la melodía en la cabeza, y comenzó a ejecutarla. En eso estaba mi bisabuelo cuando ahora es el compositor quien pasa por el frente de la casa y oye que alguien está interpretando su canción. ¿Y cómo es posible?, se pregunta, si sólo la conocen él y su novia. El desenlace no tiene nada de particular. Pero la historia brinda una idea del buen oído de mi bisabuelo”.
Y también explica que el exbanquero Ignacio Salvatierra la música la lleva en las venas, y también explica por qué en el salón de la casa en Caracas del matrimonio Salvatierra-Palacios la pieza principal era el piano”.
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