Los militares se fueron y no se han ido. Siempre llegan al poder. Por una u otra vía. Cambian las vías. Y hasta el método. Lo dice la experta Rut Diamint en un reciente trabajo en la revista Nueva Sociedad. Señala que los militares “a diferencia del pasado, ya no aparecen como aliados de las fracciones perdedoras para participar de golpes de Estado contra los gobiernos constituidos sino, generalmente, como parte de proyectos de seguridad pública interna”.
Los militares echaron y luego sostuvieron el régimen de Hugo Chávez, pionero en este esquema de poder, y en tal sentido han seguido sosteniendo al gobierno de Nicolás Maduro, siendo privilegiados del poder, comandando áreas estratégicas de la economía y la seguridad. Los militares hacen lo propio en Bolivia. En Ecuador con Rafael Correa y Lenín Moreno. ¿Es un asunto que sólo toca a la izquierda? ¿Qué decir de la derecha? ¿Se extenderá el esquema a Brasil con Jair Bolsonaro?