En los últimos días Nicolás Maduro ha apretado el paso a su agenda diplomática. No había terminado el ciclo de conversaciones con representantes de Juan Guaidó en Barbados, bajo la mediación de Noruega, cuando ya estaba en campaña contra las acciones sobre su gestión por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea.
En esta línea celebró en Caracas la reunión ministerial del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) y desde este jueves Venezuela será el escenario de la XXV Reunión del Foro de Sao Paulo. Se trata de una arremetida que busca oxigenar a la alicaída izquierda, alimentar las líneas de contrapeso a la política internacional de Estados Unidos y lavar la cara del régimen de Nicolás Maduro mientras gana tiempo para seguir ejerciendo el poder.