Nicolás Maduro, que fue el anfitrión del citado encuentro, se ha aplicado en eso de darle cumplimiento a los puntos acordados. Recientemente anunció la creación de la Universidad Internacional de la Comunicación, con sede en Caracas y que comenzará actividades en el primer tramo de 2020. “Debe ser una universidad para la creación, para la conciencia, para la defensa de la verdad y para la batalla mundial”, aseguró.
Resulta paradójico que un proyecto de esta naturaleza provenga de un reconocido violador de la libertad de prensa a nivel internacional. El informe sobre la situación de Venezuela, elaborado en julio por la alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones, Michelle Bachelet, señaló que las autoridades venezolanas han “tratado de imponer una hegemonía comunicacional imponiendo su propia versión de los hechos y creando un ambiente que restringe los medios de comunicación independientes” y, para ello, han perseguido, atacado y detenido periodistas, mientras bloque sitios web de noticias independientes e incluso las principales redes sociales.
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