Un alto funcionario del gobierno de Donald Trump le dijo a la agencia Bloomberg que el gobierno de Argentina “cruzó la línea roja”.
No gustó en Estados Unidos el apoyo del presidente, Alberto Fernández, a Evo Morales, a quien le dio refugio y libertad para hacer política desde Buenos Aires. Tampoco gustó que Argentina no reconociera al gobierno interino de Bolivia. Y por supuesto no gustó el cambio de política hacia el régimen de Nicolás Maduro, menos combativa que la del exmandatario Mauricio Macri.
La fuente del gobierno de Trump dijo que este viraje en política exterior podría costarle a Argentina el respaldo de EEUU en la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También el respaldo con fondos e inversiones en Vaca Muerta, un campo de hidrocarburos que Fernández quiere explotar.
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