El embajador Antonio Ecarri tiene edad para saber lo que fue la dictadura de Marcos Pérez Jiménez entre 1948 y 1958. Tiene edad para precisar en qué consistió el Pacto de Punto Fijo. El consenso al que llegaron los partidos más importantes, AD, URD y Copei, con el fin de estabilizar y conducir la democracia representativa, el periodo más largo de paz y progreso que ha vivido Venezuela. Estaba Ecarri comparando que el Plan País también ha nacido del consenso. Y decía ante el auditorio, compuesto en su mayoría por empresarios de España y Venezuela, que el cambio traería un gobierno de consenso que en vez de espantar capitales como lo hace el régimen de Nicolás Maduro, atraerá capitales, captará capitales, la inversión extranjera.
Estaba en eso y le llegó el mensaje. Un joven quería saludarlo. Un joven venezolano que trabaja en la cocina del restaurante del Club Financiero Génova de Madrid, donde se llevaba a cabo la presentación del Plan País. La iniciativa fue del joven. Lo cual reafirma la imagen y el mensaje del gesto. La unidad y el consenso en torno al cambio. Un clamor que parte desde las bases. Un clamor que se siente dentro de Venezuela, y compartido por los millones que integran el éxodo.
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