Aunque desde hacía algún tiempo era conocido que los negocios de Rosneft en Venezuela venían desvalorizándose y que el cerco de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro se estaba convirtiendo en un riesgo para la empresa, no dejó de sorprender el anuncio de su cese de operaciones en el país. Algunos llegaron a interpretar la medida como una ruptura en la alianza estratégica de Vladímir Putin con el chavismo, pero en verdad parece ser todo lo contrario.
Sobre Rosneft venían pesando las amenazas de Estados Unidos al haberse convertido en el principal agente comercial del petróleo venezolano. De hecho, fue gracias a Rosneft que las autoridades venezolanas pudieron redireccionar sus exportaciones hacia India y China, especialmente cuando otros aliados comenzaron a suspender despachos por temor a las sanciones
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