Una ola de protestas como no se veía desde inicios de 2018 sacude los distintos confines de Venezuela. En las últimas horas ha ocurrido una sucesión de motines, saqueos, conatos de saqueos y enfrentamientos con la fuerza pública que han dejado decenas de detenidos, al menos seis heridos de bala y un muerto. Los protagonistas son las poblaciones más pobres de los estados Bolívar, Sucre, Lara, Falcón, Barinas, Trujillo, Mérida y Portuguesa. El Oriente y Occidente del país simultáneamente.
El problema de la gasolina
El combustible en esta ocasión es la falta de combustible. O más bien la forma en cómo se administra. Reclaman los pequeños productores agrícolas que no pueden trasladar sus cosechas a los centros urbanos por la escasez de gasolina. Pero también se protesta por la falta de agua potable, electricidad, gas doméstico, alimentos y medicinas.
Esta es la protesta de la Venezuela profunda, azotada por el hambre y abandonada a su suerte por el régimen chavista que desde hace años concentra sus menguados recursos en Caracas, sede del poder político, a fin mantenerla bajo control.
Lea esta nota completa en ALnavío