Lo primero que hizo el general Manuel Quevedo al tomar la presidencia de Petróleos de Venezuela, PDVSA, fue mentir. Declaró en enero de 2018, en el programa de televisión que conduce José Vicente Rangel, exvicepresidente Ejecutivo de Hugo Chávez, que ya estaba recuperando la producción petrolera, que la había encontrado en 1,5 millones y la había llevado a 1,8 millones de barriles diarios. Este general lo dijo sin que le temblara un músculo de la cara. Como si levantar 300.000 barriles diarios en cuestión de semanas fuera un acto de magia.
Manuel Quevedo se comportaba como se comportan los militares. Como si su sola presencia uniformada basta para que la maquinaria se ponga en movimiento.
Esa mañana del programa, Quevedo fue más allá. Dijo que el plan era recuperar la producción en un millón de barriles diarios. Un plan que solo estaba en su cabeza. Que solo estaba en los discursos de Nicolás Maduro que cada cierto tiempo, desde 2017 y 2018 e inclusive hasta 2019 y este mismo 2020, repetía y viene repitiendo, que ahora sí, era el momento de rescatar la producción.
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