Recién se formalizaron algunos cambios en la línea de mando del sector petrolero venezolano que, aunque desvencijado y venido a menos, sigue siendo la principal fuente de ingresos de la nación. De esta manera Nicolás Maduro concretó el nombramiento de Tareck El Aissami como ministro de Petróleo, y de Asdrúbal Chávez, primo de Hugo Chávez, como presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), en reemplazo del general Manuel Quevedo.
El Aissami y Asdrúbal Chávez llevaban años en la estructura de PDVSA y eran parte de la llamada comisión reestructuradora de la industria petrolera que Maduro designó a inicios de 2020, y que debía buscar una vía para revertir el desplome productivo.
Las designaciones, que implican a su vez un reacomodo de los grupos de poder que acompañan a Maduro, constituyen una vía para terminar de materializar un cambio de dirección en el manejo de la política petrolera, consolidando el apetito privatizador del sector, aunque esto vaya en contravía con el espíritu ideológico de Hugo Chávez.
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