Según cálculos de consultoras privadas, el salario promedio de una muestra de empresas del sector privado, antes del aumento salarial anunciado el 29 de abril por Eduardo Piñate, ministro del Trabajo de Maduro, es cinco veces mayor que el salario del sector público.
A los 2.500.000 trabajadores que laboran en el Gobierno hay que sumar 4.500.000 pensionados del Seguro Social quienes también reciben el salario mínimo. Si se incluyen los bonos como el ticket de alimentación, el salario sube a 8 dólares mensuales, por ahora.
La remuneración mínima fluctúa al compás de la devaluación del bolívar y éste refleja una clara tendencia a la depreciación debido a la combinación de dos elementos. Por una parte, el apetito por divisas de los venezolanos que tienen superávit de bolívares y no desean que la hiperinflación le diluya su patrimonio y por ello se refugian en el dólar y, por la otra, la emisión descontrolada de bolívares por parte del BCV para financiar a un fisco que se le acabaron las fuentes genuinas de emisión de dinero y por tanto debe recurrir al expediente de la emisión inorgánica.
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