Por qué la nueva PDVSA de Maduro se quedará en los planes y en el papel

Por Juan Antonio Avellaneda (KonZ).- El retorno-riesgo de invertir en Venezuela no es lo suficientemente atractivo en esta época de disminución de los planes de inversión petroleros mundiales. La reestructuración en PDVSA contempla que se transferirá gran parte de las operaciones a empresas privadas. ¿Y qué más?

El proyecto además de eliminar la regla de que la mayoría accionaria de las empresas mixtas debería estar en manos de PDVSA, incluye la venta de activos no relacionados con la industria petrolera, reestructuración de la organización de personal, eliminación de subsidios de la gasolina e inclusive sustitución del color rojo del logotipo.

La propuesta aunque plantea ideas positivas y necesarias queda solo en eso, en ideas. La ejecución parece algo imposible debido a las circunstancias actuales tanto políticas como económicas que sufre Venezuela.

El gobierno de Nicolás Maduro no genera confianza, factor básico en cualquier plan económico de apertura de capitales privados. Maduro va y viene en las medidas que propone. Desde 2013 algunas medidas de apertura en otros sectores son luego de un tiempo eliminadas.

De modo que este plan que hoy se asoma en positivo, nadie sabe si en poco tiempo será revertido. Este plan de apertura requiere de talento humano, y es conocida la fuga de cerebros de Venezuela, en especial en el área petrolera. Con Maduro es poco probable que mucho de ese talento regrese.

A nivel económico, aunque en el nuevo marco petrolero mundial Venezuela sigue siendo una pieza atractiva, ya es conocido que la mayoría de las empresas petroleras han disminuido entre 20% y 35% su inversión de capital, parando proyectos en lugares de mayor estabilidad como el Golfo de México o el Mar del Norte. Inclusive la anglo-holandesa Shell disminuyó su dividendo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Es decir el retorno-riesgo de invertir en Venezuela no es lo suficientemente atractivo hoy en día en esta época de disminución de los planes de inversión petroleros mundiales.

La falta de confianza, y el momento de proponerlo, son factores que atentan contra este plan de apertura y privatizador de PDVSA. Se da por descontando que no podrá ejecutarse con éxito, y que repetirá la historia de los comités de reestructuración de deuda externa, que solo quedaron en papeles.

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