Por Juan Antonio Avellaneda (KonZ).- Fue a mediados de noviembre de 2017 cuando el gobierno de Nicolás Maduro decidió no pagar más la deuda externa de la República y de PDVSA por unos 70.000 millones de dólares. En aquel momento Maduro llamó a una supuesta reestructuración de la deuda. El llamado quedó en un anuncio protocolar dado que no había ningún tipo de propuesta seria sobre la mesa. De esa forma acababa el “cuento de hadas” de la deuda externa de Venezuela que había producido inmensas ganancias a operadores, bancos, particulares, inversionistas de todo tipo, incluyendo a entidades del Estado y a boliburgueses de especie reconocida.